Al comenzar una relación de cualquier tipo por internet, la ilusión suele ser la tónica general. Todo nos parece genial, hablamos horas y horas con la otra persona, compartimos multitud de ideas, opiniones, y todo lo que podamos transmitir a través de la red.
Sin embargo, no debes descuidarte. Aunque todo parezca maravilloso, ten en cuenta que hablas con una persona que acabas de conocer y que, debido a las características de las relaciones online, aun ni siquiera estás segur@ de que sea quien dice ser.
No tengas prisa. Si es quien dice ser y si la relación va tan bien, no habrá prisa para empezar a darle datos tuyos. Al principio, es más que suficiente con que cada uno sepa el nombre del otro. No hace falta apellidos, ni lugar de residencia, ni nada que pueda identificarte más allá de que sepa con quien habla. No des tu dirección, tu teléfono, ni por supuesto tus datos personales como la cuenta bancaria, y mucho menos si la otra persona insiste. No siempre, pero en muchas ocasiones este comportamiento indica que no es quien dice ser, y que lo más probable es que quiera tus datos personales para obtener algún beneficio.
Cuando la relación se consolide y vaya pasando el tiempo, ya tendrás ocasión de darle más datos. Si no aguanta ese tiempo, es que no es de fiar.
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