jueves, 13 de septiembre de 2012

Superar una pérdida


La vida no siempre es justa. Tarde o temprano, todos terminamos perdiendo a alguien que era importante en nuestra vida. En ocasiones un amigo, en otras un padre, o tal vez un hermano, pero sea cual sea el parentesco, tras la partida de nuestro allegado se suceden momentos dolorosos dificilmente comparables.

Nadie es inmune a ello. Yo mismo, hace casi 9 años, perdí a uno de mis mejores amigos. Una enfermedad terminal se lo llevó en menos de un mes desde el diagnóstico. Ha pasado mucho tiempo, pero lo sigo recordando, añorando, y no ha sido hasta hace relativamente poco tiempo que lo he podido superar del todo.

No voy a engañarte, nada podrá sustituir a esa persona especial. Pasarás momentos muy difíciles, eso sin duda, pero no esperes tanto tiempo como yo para superarlo. El luto se lleva por dentro, y el hecho de que extrañes a esa persona no tiene que implicar necesariamente que tiñas tu vida de amargura durante esos primeros meses. Tras un par de semanas en las que nada te consolará, haz de tripas corazón, y no te encierres en casa. Haz un esfuerzo, que sé por experiencia que te costará, pero no permitas que la tristeza arruine el resto de tus relaciones.

Lo mejor en estas situaciones es "tirar" de amigos y familiares. Oblígate a salir a la calle, queda con amigos, visita a familiares, haz cualquier cosa que hubieras hecho antes, y que no te obligue a seguir pensando en tu dolor. Permítete a ti mismo olvidar durante un rato esa desgracia, y no te sientas culpable por sonreír un mes después de que haya sucedido. La vida continúa, y estoy completamente seguro de que esa persona que se ha marchado preferiría verte feliz, aunque sea dentro de lo posible y a ratos.

Siempre es mejor quedar con un amigo o amiga y desahogarte, que quedarte en casa hundiéndote en tu miseria. Además, es mucho mejor decir todo lo que tengas que decir que guardártelo dentro.

Si estás pasando por una situación así, puedes hablarlo con los lectores del blog a través de los comentarios, o si lo prefieres contacta conmigo a través del email, te ayudaré en lo que necesites.

Para terminar, me voy a tomar la libertad de darles un consejo: una buena idea en esos primeros días es escribir una carta dirigida a esa persona que has perdido. Dí todo lo que te hubiera gustado decirle, desahógate, aclara todas esas cosas que dejaste en el tintero, por falta de tiempo o de ganas. Una vez que la termines, que estés segur@ de que has dicho todo lo que necesitabas, métela en un sobre, ciérralo y tíralo, quémalo o haz lo que quieras con ella, menos guardarla ni leerla de nuevo. Hazte a la idea de que es la última carta que le envías a esa persona, y nunca vuelvas a verla. No recibirás respuesta, pero al menos sacarás muchas cosas de tu interior.

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